Cuando el mundo nos hablan de paz, nos hablan de un estado de no guerra que no es permanente, sino pasajera, un espacio intermedio entre dos conflictos, una esperanza que nunca se alcanza del todo, menos en estos tiempos de conflictos que aumentan y no parece haber tregua, la Paz como un estado de ánimo tranquilo, posiblemente a algunos les suceda en sus vecindarios, quizás nos sintamos protegidos de aquello que sucede al otro lado del mundo, pero debemos saber que todo hecho en este mundo está relacionado con una misma realidad, la dualidad de este mundo es innegable, el bien y mal ha exacerbado su confrontación… a esto lo llamamos tiempo de tribulación.
¿De acuerdo a este contexto que hace una persona de Fe para vivir la Paz?
Hay quienes pueden optar por asumir la paz que el mundo entiende, desde una mirada personal, individual, si yo estoy tranquilo, estoy en paz y negarse a oír y escuchar y mantenerse en la ignorancia a pesar de que hoy la información está al alcance de todos.
Hay quienes buscan respuestas, pero sin una clara guía y terminan en laberintos que nunca ofrecen soluciones reales y de raíz, sino más bien los esclavizan y hacen dependientes de supuestos sanadores milagrosos, supersticiones varias, con poca claridad, sin orden, lleno de imaginerías, sin compromiso, sentido y propósito definido más que la búsqueda de la satisfacción de la propia necesidad.
Hay quienes buscan respuestas que van más allá de lo concreto y tangible por los sentidos… Comienzan una búsqueda espiritual en general, pueden aplicar la virtud, la bondad, viviendo en coherencia con la conciencia y el bien.
Hay quienes optan por el Camino Espiritual Crístico que no es teoría, es forma de vida, es práctica constante, es la experimentación en la vida, en comunidad con otros, en donde nos disponemos a recorrer la senda bajo la guía de un ser superior al hombre, que está más allá de este mundo, que pertenece a otra realidad y que lo calificamos como un Dios, por tener estas cualidades superiores, es llamado Cristo Vivo, el Verbo, El Dios de dioses, ya que no está en la Cruz, sino que Vive y se relaciona con quienes lo siguen por medio del Espíritu.
El Espíritu no posesiona, no impone, si no nos detenemos a escucharlo, a vivirlo, si no nos relacionamos con Él, se retira y quedamos a merced del vaivén, de lo anímico, lo pasajero que nos ofrece el sistema del mundo, lo temporal, lo artificial, como un barco sin ancla y nos aleja de la paz que tanto se anhela.
La meditación y oración crística son el carro, son el medio, la herramienta, el puente que nos conecta con esta realidad superior que nos conduce a la Paz que nace y se manifiesta, desde el Espíritu Activo en nuestra persona, en directa relación con Cristo Dios.
¿Y tú que camino quieres tomar?
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